Las intolerancias alimentarias más comunes: cómo tomar medidas al comer fuera de casa.
Las intolerancias alimentarias como la enfermedad celíaca o la intolerancia a la lactosa no deben limitarnos a la hora de comer fuera de casa.
De un tiempo a esta parte ha aumentado en un buen porcentaje el número de personas, tanto adultos como niños, que sufren de alguna intolerancia alimentaria. Los casos más conocidos son los de la enfermedad celíaca (intolerancia al gluten, una proteína que se encuentra en los cereales de secano) y la intolerancia a la lactosa (un disacárido formado por una molécula de glucosa y otra de galactosa que se encuentra en los lácteos).
Con toda la información de la que disponemos hoy en día, preparar nuestros propios menús en casa si sufrimos de alguna intolerancia alimentaria no es muy difícil. Y no solo se ha multiplicado la información y se ha visibilizado este problema gracias, fundamentalmente, a internet y a las redes sociales, sino que además la oferta de alimentos que responden a las necesidades de los afectados por celiaquía o por intolerancia a la lactosa también ha crecido mucho en los últimos años.
Quizás el momento más incómodo surge cuando una persona que sufre de enfermedad celíaca o de intolerancia a la lactosa quiere o tiene que comer fuera de casa. ¿Cuáles son las precauciones a tomar en estos casos?
En ambos casos es importante que siempre avisemos a nuestro camarero o al cocinero de que somos intolerantes al gluten para que pueda tomar las precauciones necesarias. Muchas veces los restaurantes pueden ofrecernos platos sin gluten pero en ocasiones no tienen en cuenta la contaminación cruzada que puede producirse, por ejemplo, al utilizar el mismo aceite para cocinar un alimento con gluten y otro sin gluten. En estos casos es importante que nos informemos sobre cómo ha sido elaborado el plato que queremos pedir.
Como norma general, los alimentos que pueden contener gluten son las levaduras o impulsores en el caso de masas y panes, los embutidos, los adobados, los frutos secos tostados, algunas salsas y guisos… Puede parecer que entonces tenemos pocas opciones para comer, pero nada más lejos de la realidad. Son platos seguros las carnes y pescados elaborados a la plancha o a la parrilla, los platos de verduras y legumbres, las ensaladas (mejor aliñar con aceite y vinagre para evitar salsas espesadas con harinas), los arroces y otros cereales como la quinoa, y las frutas.
Comer fuera de casa si eres intolerante a la lactosa
Quizás el momento más incómodo surge cuando una persona que sufre de enfermedad celíaca o de intolerancia a la lactosa quiere o tiene que comer fuera de casa. ¿Cuáles son las precauciones a tomar en estos casos?
Comer fuera de casa si sufres enfermedad celíaca
En la actualidad muchos de los restaurantes que podemos visitar están muy concienciados con las personas que sufren enfermedad celíaca y disponen en su menú de platos elaborados sin gluten o incluso de una carta especial para intolerantes al gluten. Sin embargo, algunos restaurantes se han quedado atrás a este respecto y nos conviene tomar una serie de precauciones para velar por nuestra salud.En ambos casos es importante que siempre avisemos a nuestro camarero o al cocinero de que somos intolerantes al gluten para que pueda tomar las precauciones necesarias. Muchas veces los restaurantes pueden ofrecernos platos sin gluten pero en ocasiones no tienen en cuenta la contaminación cruzada que puede producirse, por ejemplo, al utilizar el mismo aceite para cocinar un alimento con gluten y otro sin gluten. En estos casos es importante que nos informemos sobre cómo ha sido elaborado el plato que queremos pedir.
Como norma general, los alimentos que pueden contener gluten son las levaduras o impulsores en el caso de masas y panes, los embutidos, los adobados, los frutos secos tostados, algunas salsas y guisos… Puede parecer que entonces tenemos pocas opciones para comer, pero nada más lejos de la realidad. Son platos seguros las carnes y pescados elaborados a la plancha o a la parrilla, los platos de verduras y legumbres, las ensaladas (mejor aliñar con aceite y vinagre para evitar salsas espesadas con harinas), los arroces y otros cereales como la quinoa, y las frutas.
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